Patricia Espinosa
La delegación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) reveló detalles del hallazgo de la pequeña cripta con los restos óseos de un hombre, acompañado de objetos de cerámica y ornamentos de jadeíta, en la zona arqueológica de Bonampak.
En entrevista el delegado en Chiapas del Centro INAH, Emiliano Gallaga Murrieta pormenorizó en el lugar de los hallazgos, que la búsqueda de una adecuada conservación de los murales de Bonampak arrojó un nuevo descubrimiento en este sitio arqueológico maya debajo del segundo cuarto del Templo de las pinturas.
El descubrimiento es resultado de un proyecto integral y multidisciplinario que se llevó a cabo por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH-CONACULTA), a través del trabajo conjunto de las coordinaciones nacionales de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC), y de Arqueología, con recursos de la propia institución; cuya finalidad es determinar las características del subsuelo de dicho edificio, y con base en ello implementar un método óptimo para la conservación de las pinturas prehispánicas.
De esta manera, durante el uso de un radar de penetración en la superficie del templo, que realizó el ingeniero del INAH, José Ortega, derivó en la detección de un espacio hueco en el relleno, que una vez excavado confirmó la presencia de una cripta funeraria.
El arqueólogo Alejandro Tovalín Ahumada, quien encabeza los trabajos de excavación, informó que el descubrimiento consta de una cripta funeraria sencilla, de 2.20 metros de longitud, 70 centímetros de ancho y 75 de altura, y una bóveda estucada en color blanco de apenas 35 centímetros de altura.
En su interior se encontraron los restos óseos de un hombre sin el cráneo, únicamente con el maxilar inferior; a sus pies estaban dispuestos dos platos policromos, y a un lado del área que ocuparía su cabeza, una vasija de alabastro perforada. De acuerdo con los estudios preliminares realizados por el antropólogo físico Javier Montes, indican que se trata de un individuo de aproximadamente 35 a 42 años, y 1.70 metros de altura
El personaje estaba ataviado con un pectoral de concha del género Spondylus, un collar y dos brazaletes de cuentas de jadeíta, que en conjunto suman al menos 443 jades, lo que hace del entierro como el de mayor cantidad de esta piedra verde, que se haya localizado hasta ahora en Bonampak. Cabe mencionar que cada uno de los brazaletes también tiene 16 cuentas de concha marina.
También, se encontró un pequeño cuchillo de sílex colocado a un lado del alabastro. Tovalín explicó que la perforación de la vasija y el cuchillo junto al alabastro indica el sacrificio simbólico del recipiente, es decir, que fue matado ritualmente, como se acostumbraba en muchos entierros mayas.
Dijo que tentativamente la temporalidad del entierro se ubica hacia finales del siglo VIII, cuando gobernó Chaan Muan II, de 776 a 792 d.c., personaje que se ha identificado hasta el momento como el último gobernante de Bonampak, y quien mandó a realizar los murales en el Templo de las pinturas, compuesto por tres habitaciones completamente decoradas con pintura mural en su trono, paredes y bóvedas.
Hipótesis de hallazgo en Bonampak
Tentativamente la temporalidad del entierro se ubica hacia finales del siglo VIII, cuando gobernó Chaan Muan II, de 776 a 792 d.c., personaje que se ha identificado hasta el momento como el último gobernante de Bonampak.
Sobre la identidad del individuo del entierro, el arqueólogo Alejandro Tovalín Ahumada, quien encabeza los trabajos de excavación, especificó que ninguno de los objetos de la ofrenda tienen jeroglíficos que den información al respecto; pero el tratamiento de los materiales arqueológicos le han permitido formular dos hipótesis: la primera, que se trata de un importante cautivo de guerra que fue ofrendado. Teoría inferida por la ausencia del cráneo, el alabastro perforado y asociado al cuchillo. La segunda propone que se trata de un familiar cercano de Chaan Muan II.
En cuanto al Templo de las pinturas, dijo que la hipótesis planteada por diversos investigadores indica el edificio se construyó exclusivamente para plasmar los murales, que representan un discurso sobre su poder y derecho a gobernar, así como sobre su pequeño hijo y futuro heredero.
Sin embargo, a partir de este descubrimiento, “podríamos pensar que el edificio ya existía y que Chaan Muan II lo modificó, haciéndole subdivisiones para tener tres cuartos; y que previamente a la construcción del trono en el segundo cuarto, y a modo de ofrenda, enterró al personaje en la cripta, para posteriormente plasmar los sucesos en los murales”.
Explicó que de acuerdo con los estudios epigráficos e iconográficos, la propuesta interpretativa más aceptada acerca de los murales, es la del futuro ascenso al trono del heredero de Chaan Muan II, que requería de una serie de rituales, como la toma de cautivos en una batalla importante y sacrificarlos. Sin embargo, subrayó, a la fecha en Bonampak no se ha encontrado material arqueológico que confirme esta idea.
“A partir de los resultados de estas excavaciones, pienso que en los murales se hace referencia a un cambio del linaje gobernante, logrado por medio de una batalla, y en la posibilidad de que los restos óseos hallados, correspondan a uno de los cautivos más importantes de esa batalla, quizá la cabeza del grupo al cual derrocó Chaan Muan II.
“Es decir: Chaan Muan II perteneció a un linaje distinto o secundario al que gobernaba Bonampak hasta el momento de la batalla, hacia el periodo Clásico Tardío, y que con la ayuda de Yaxchilán, en una alianza militar, —y matrimonial, dado que estaba casado con una hermana de Escudo Jaguar III, gobernante del sitio mencionado—, logró la toma de poder de Bonampak, y que quienes están retratados en el mural “La Batalla” no es gente de algún asentamiento vecino importante, sino que pudiera ser del grupo que gobernaba hasta entonces Bonampak”.
Otro indicativo de esta hipótesis, dijo, es que todos los gobernantes mayas de ese periodo plasmaron en estelas y dinteles la toma y sacrificio de cautivos, señalando de dónde eran; en los murales de Bonampak no aparecen esos datos, pero hay indicios de que se trataba de un grupo importante.
Las piezas arqueológicas fueron trasladadas al Centro INAH-Chiapas para su limpieza y restauración, en tanto que la cripta ya fue sellada. Asimismo, los huesos continúan en análisis en los que se ha determinado la presencia de una fuerte osteoartritis.
También se recolectó una muestra de carbón asociado a la cripta, que se enviará a los Laboratorios de Fechamiento de Radiocarbono del INAH, para ser datado. “Con estos estudios y otros más de ADN, así como la comparación de otras 30 osamentas que se han encontrado con anterioridad en el sitio, se podrá determinar el origen del individuo y una fecha más precisa de su entierro.
En lo que se refiere al proyecto de conservación de los murales de Bonampak, Lilia Rivero Weber, titular de la CNCPC, especificó que esta labor inició en 2009, con la finalidad de dar mantenimiento a estas obras plásticas que tenían más de 10 años sin recibir un tratamiento profundo.
La restauradora explicó que años atrás se realizaron intervenciones de diferentes disciplinas, pero esta es la primera vez que participa de manera simultánea un grupo interdisciplinario de trabajo, en una labor conjunta para entender los mecanismos de deterioro del edificio, provocado por los sismos de 2005, 2006 y 2007.El proyecto de intervención contempló un estudio completo de la arquitectura del Templo de las pinturas, y una vez que tengamos los diagnósticos determinaremos de qué manera vamos a tratar las oquedades, finalizó Lilia Rivero.
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