** La sangre se infecta; el alma y espíritu, nadie lo elimina: Rosita, portadora del VIH
***De 1986 al 2008 se registraron 4 mil 547 casos acumulados con el virus
*** Mil 228 mujeres viven con Virus de Inmunodeficiencia Humana. Representan el 27 porciento del total de infectados
Patricia Espinosa
¡Gracias a Dios por un día más de vida!. Es la expresión de cada mañana de Doña Rosita, portadora del virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH).
Un día más que agradece a la Virgen de Guadalupe, de quien es devota, un día más que podrá ver la luz, a sus hijos, familia, hacer su vida normal en casa, el trabajo, y actividades cotidianas.
Ahí, sentada, bien abrigada, en la penúltima banca de la iglesia de Guadalupe, cayendo la tarde y con un clima fresco, Rosita está a punto de ingresar a sus pláticas de los martes, donde comparten experiencias con personas que tienen VIH.Antes, se hinca y en silencio hace una oración, agacha la mirada; luego de cinco minutos, se persina.
Hace seis años cuando su esposo “el chinito” tenía 39 años fue hospitalizado, el diagnóstico: seropositivo del VIH. Para Rosita, el mundo se le vino encima. Pero dijo que todo estaría bien. Pasaron seis meses y la situación empeoró, hasta que lo internaron y al octavo día, “el chinito” murió.
Asustada y con un mundo en la cabeza, Rosita relata que la mayor preocupación “mis hijos” y, ¿yo también estaré infectada?, se preguntaba. Luego de minuciosos estudios, los médicos le notificaron que también era seropositivo. Guarda escasos segundos silencio, y levanta la mirada con lágrimas, por el recuerdo de aquella noticia.
Comenta que en aquel 2003, a sus 49 años de edad, juró que buscaría ayuda inmediata para evitar la misma historia de desconocimiento que con su esposo, pues en ese entonces, no conocía ni programas de salud, ni tratamientos y menos a dónde acudir.
“Dio un vuelco mi vida, todo cambió, desde el modo del cuidado en mi persona, en el trabajo, pero nunca el apoyo de mis hijos que hoy tienen 27,19 y 18, que hace seis años cuando falleció mi esposo y a mí me detectaron el virus, pensé, en cómo sacarlos adelante” relata la mujer católica de 55 años.
Se toma de las manos, las presiona fuerte y dice: “me dio mucha tristeza porque se fue muy joven, pero me dio coraje porque nunca me dijo nada de la enfermedad, hubiéramos visto a un médico y evitar también que me contagiara, pero fue su temor que lo sacáramos de la casa y eso nunca iba a suceder, porque éramos su familia”, dice, mientras mueve la cabeza en señal de lamento.
A los seis meses que a Doña Rosi, le detectaron el virus del SIDA, sufrió la primera recaída. La llevaron al hospital. “Me llevaron en coma y no supe nada, cuando volví a los 15 días, con oxígeno, suero, y ahí el doctor me dijo que ya no tenía esperanzas de vida, y fue a menos del año que falleció mi marido”.
Fueron 4 mil 745 pastillas que consumió en el primer año de tratamiento antirretroviral, es decir 390 al mes, o lo que es más claro, 13 pastillas al día, que se convirtió en parte de su vida diaria. Ahora, a sus 55 años, y por el deterioro de su salud, el tratamiento es de dos pastillas en 24 horas, una por la mañana y otra más al acostarse.
“Me acostumbré en el primer año a tomar hasta 13 pastillas en un solo día y ahora son dos porque me bajaron mis defensas, por eso me mantengo con muchas vitaminas”. Ya es parte de mi vida señala.
Además de trabajar como ama de casa, también realiza algunas manualidades. Hoy, el primer pensamiento es darle gracias a Dios, que amaneció, pero no es de lamento, dice. Porque luego las actividades son las normales de toda ama de casa. Inicia con el que hacer; oficio y limpieza de la casa, a planchar, a hacer el desayuno y velar porque los hijos se vayan a la escuela y luego la comida.
“Las pastillas no me han causado ningún problema, lo he tomado de costumbre, lo tomo porque mi estómago me lo exige”, expresa, mientras sonríe.
Afortunadamente sus hijos y en el trabajo, no la han discriminado. No así algún familiar y hasta una maestra. Pero a quienes justifica y dice “lo hicieron de manera inconciente, es falta de información”.
Suena muy trillado, pero es necesario hacer saber a los jóvenes y a la sociedad en general que es necesario la protección en la sexualidad para evitar contraer enfermedades veneras. Porque cuando se es madre, lo que más importa en el mundo son los hijos, y por ellos, hay que vivir.
De fondo, se escucha ¡Gloria a ti Jesús!, es el canto de un grupo de mujeres que también los martes, se reúne en la iglesia de Guadalupe. Mientras, Rosita baja más la voz y dice “se enferma la sangre, pero el espíritu y el alma nadie lo elimina”. Voltea la mirada hacia la imagen de la Virgen de Guadalupe, se persina y camina hacia el salón de pláticas.
Estadísticas en Chiapas de SIDA
De acuerdo a datos de la Secretaría de Salud en la entidad, desde 1986 al 2008 se registraron 4 mil 547 casos acumulados del VIH. Chiapas ocupa en el contexto nacional, el lugar número 15 por incidencia acumulada.
Del total del número de casos, 3 mil 319 es decir el 73 por ciento son hombres y mil 228 que es el 27 por ciento, son mujeres. Lo que significa que en Chiapas hay 3 hombres por cada mujer infectada del SIDA.
La reforma al artículo 444, contempla el delito de peligro de contagio y propagación de enfermedades, que establece sanción de seis meses a tres años y multa de cincuenta a ciento cincuenta días de salario, a quien sabiendo que padece una enfermedad en período infectante, (…) ponga en peligro de contagio la salud de otra, fue criticada por organizaciones no gubernamentales.
Para el director general del Centro Nacional para la Prevención y Control del VIH/SIDA, José Antonio Isazola Licea, la reforma, no es útil para fines de prevención, atención médica y menos respeto a los derechos humanos. “Se debe respetar el consenso internacional donde menciona lo único que se puede penalizar es el contagio doloso”.
En el mismo sentido, Arturo Vásquez Razo, Coordinador del Colectivo de Atención para la Salud Integral de la Familia (CIFAM), la criminalización penal de las enfermedades contagiosas no es la solución, sino a través de la educación sexual.
Integrantes de la organización “Una mano amiga contra el SIDA” encabezado por Rosemberg López, acompañado de miembros de organizaciones de Xalapa y Guadalajara, expone que realizan trabajos de continuidad para enfrentar la epidemia del VIH que sigue en aumento.
Nicté Lashmy Aguilar del grupo Multisectorial de Xalapa, lamenta que el SIDA lo han estigmatizado con grupo de homosexuales y trabajadores sexuales y no es así, pues el grupo es más amplio al grado que las amas de casa ocupan el segundo lugar de infección.
En el marco del Día Mundial de la Lucha contra el SIDA, que se conmemora cada 1 de diciembre, Chiapas fue sede del Congreso Nacional de SIDA del 28 de noviembre al 1 de diciembre de 2009, con conferencias magistrales, sesiones plenarias, talleres y simposios.
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